¡¡Basta!!

Al estado se le revuelven las tripas, algo falla. Los adolescentes son "el enemigo", los hinchas de futbol blancos potenciales, esto es la guerra. Tanques y helicopteros planean un derribo, porras contra ancianos, mujeres, hombres, niños, moviliario urbano destruido por aquellos que fingen defendernos. Me duele intensamente esta falsa democracia y esta impunidad de las fuerzas del orden. La fuerza si pero el orden no soy capaz de verlo.
Con un simple perdón borran un asesinato de su sucia conciencia. Siempre alguien tiene que morir para que cambien las cosas, en este mundo hipócrita en el que está todo bien hasta que es demasiado obvio que nunca lo estuvo. Iñigo se  convierte en un inmerecido mártir, y el odio y la impotencia se van gestando. Va más allá del miedo. Estos que nos protegen, ¿de que nos protegen? de la libertad, la tolerancia, la utopía. Es muy dañina la libertad para los que están arriba, también para los que están abajo y obedecen como borregos que aspiran a ser lobos y nos enseñan sus dientes siempre que pueden. Me estremece la normalidad de la violencia, el abuso de poder, la mentira de los que gobiernan, la cuasi indiferencia de la gente, hasta que se viene lo terrible, lo irremediable.
Como dijo Martín Niemoeller "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí".
Primero fué Kukutza y ese despliegue policial digno de una guerra, después estudiantes valencianos reprimidos como si manifestarse fuera la peor de las maldades, más tarde en una huelga unos chicos pierden el ojo, a la vez que la fé en un sistema que hace tiempo mostró que no funciona. Se veia venir, o al menos algunos lo veiamos venir, como una tragedia griega que no puede evitarse porque quien maneja el oráculo no escucha. Cuando se empodera a psicópatas funcionales ocurren estas cosas. El mejor soldado, el mejor policia, el que no tiene miedo y avanza, y avanza,y avanza contra el enemigo. Pero el enemigo es un simple ciudadano que se manifiesta, exige sus derechos, o simplemente festeja un gol.
No es justo. Sabíamos que nunca iba a ser justo, que esta falsa horizontalidad entre el poder y el pueblo haría de las suyas. Pero esta vez ha ido demasiado lejos y un simple perdón no hará que el dolor se vaya, que se resuelva la pérdida y que todo vuelva a ser como antes. ¡Basta! Basta de injusticias, de agresiones falsamente justificadas, de perversión del poder, de silencio. ¡Basta!