Van 39 este año

Cinco mujeres asesinadas en dos días. Mal endémico de una sociedad enferma. Justificaciones, silencio, impotencia. La violencia machista nos afecta radicalmente.
La mujer que disfruta en la cama es una cerda. Yo a mi mujer le doy mucha libertad. Las niñas son mucho más tranquilas que los niños. Las feministas son todas unas machorras. Tiran más dos tetas que dos carretas. Podría llenar folios enteros con frases que legitiman la violencia hacia la mujer. Con micromachismos, puntitas de icebergs, y todo el hielo bajo el agua que no se ve, burkas occidentales. 
No hace falta matar para matar. No hace falta ser brazo ejecutor. 
Paternalismo de estado, la mujer no decide sobre su cuerpo, porque lo que la mujer decide no es suficiente. A la mujer hay que atarla en corto, dejarle claro que sus hijos no son sus hijos, que su precariedad se la merece, que si cobra menos es porque los hombres gobiernan sus vidas. Y no se puede empoderar a la mujer porque entonces se vuelve peligrosa.
Que si la violan es porque estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada, a quien se le ocurre salir sola.
Las feministas son todas unas histéricas.
Soy feminista por supervivencia, porque en este mundo en el que la lógica es ilógica, en el que muchas mujeres y muchos hombres dan por hecho que hay que perpetuar el patriarcado, tengo miedo muchas veces.
A veces a la noche, cuando camino de vuelta a casa, paso miedo. Y me alegro profundamente de no responder al canon de mujer de la mayoría, porque eso me fortalece. 
Aprendí de niña a borrar atisbos de feminidad para que no me lastimasen. Esa mierda me enseñaron, pronto, muy pronto. Y ahora trato de deconstruir, aunque me cuesta. Trato de empoderarme desde la feminidad y doy fe de que no es fácil. Y soy afortunada, porque me muevo en círculos no machistas, o eso se supone. Aún así muchas veces escucho comentarios que me recuerdan que el iceberg aún sigue helado, aunque no se vea.
No tienen tanta suerte muchas mujeres que aprendieron que pensar es cosa de hombres, que opinar, crear, generar debate etc. no es cosa nuestra. Que el espacio público no les pertenece. Que creen que el feminsmo quiere la supremacía de la mujer.
Y nosotras, las feministas, solo tratamos de derrumbar muros para tomar el espacio público, para que los feminicidios acaben. Para que no nos maten, ni nos violen, ni nos agredan, ni a nivel personal ni a nivel institucional. Para que nunca se justifique la violencia y que la opresión sea cosa de la edad media, cuando imperaba el analfabetismo y la iglesia gobernaba.
¿En que época estamos? Destruyamos la máquina del tiempo y los viajes al pasado.





No hay comentarios:

Publicar un comentario